Creo que la apalabra “amig@” está cogiendo un uso muy valorado, “amig@” es solo una persona que te acompaña en un momento de tu vida y que su huida o la nuestra esta predeterminada antes de conocernos.
Nos agarramos a esta palabra y esto hace que cada movimiento de nuestro “amig@” sea juzgado por nosotros sin darnos cuenta. Si nuestro “amig@” no actúa como nosotros esperamos, entramos en un estado de ira o mal estar o rencor producido por el significado que nosotros tenemos de “amig@”.
El camino espiritual te enseña a dar amor incondicional a todos, pero se nos olvida aprender los nuevos términos que cogen ciertas palabras cuando practicas o usas este camino.
Desde mi opinión, debemos aceptar cambios de significado de palabras para que no sea un conflicto el andar en esta práctica.
Hasta hace poco tiempo tenía “amig@”, “amig@s” con lo que compartía una buena amistad y esperaba respuestas en su actitud similares a las que yo consideraba correctas o de respeto hacia varios trabajos dentro de este mundo. El problema mayor no es lo que esperas, esto es solo una consecuencia de la palabra “amig@”,( cuando estas personas actúan como mejor saben hacer y es totalmente respetable), el problema está en que como la palabra está sobre valorada, para mantener la relación entran en un ciclo de mentiras, pequeñas mentiras que cada día van sumando y sumando, cosas que examinadas con tranquilidad no tienen importancia, pero la suma de todas te hace dar cuenta que, lo que hablan, lo que piensas, y lo que dicen, está totalmente desordenado, y esto te afecta cada día más. Para amar estos hechos solo te queda quitar la palabra “amig@” de tu vocabulario o atribuirle otro significado.
Piensa que cada persona en esta vida te enseñara algo, algo que será perfectamente correcto y será tan importante como lo aprendido por tus “enemigos”. Aprende de las personas que están cerca de ti, no esperes nada a cambio, pero todo lo que haya en esa relación, que se produzca a través de un intercambio. No entremos en el papel de salvador de los demás cuando lo que más necesitamos es salvarnos a nosotros mismos.
Aprendamos a vivir en soledad dentro de la sociedad, y transformar esa soledad en amor incondicional de todo lo que nos rodea y de esta forma podremos andar más rápido por el camino de la vida sin pararnos a comprender e intentar solucionar estas cosas.
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