miércoles, 24 de febrero de 2016

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Me acuerdo de las noches que se hacían super cortas y los días que eran enormes porque no estábamos juntos. Deseando volver a verte y no poder dejar de pensar en ti, sentimientos que jamás se olvidan, en esos sentimientos solo hay un poder: el amor.

Cada vez que te veo me entra un escalofrío por el cuerpo, y poder contemplar la belleza de tu ser me hacía sentirme inferior, solo con el brillo de tu ojos, la luz se hacía en la oscuridad, saber que estabas ahí para todo, me hacía sentirme protegido ante este mundo que solo nos enseña lo fuerte que es el dolor.

 Esas noches que las conversaciones eran intensas y siempre había un motivo del cual hablar y ahora que lo pienso no era conversaciones verbales, solo tenía que mirarte o tu a mí para saber qué es lo que estábamos pensando, es precioso sentirse así.

Estos sentimientos son los que hace que la vida sea todo un reto. El encontrar a alguien que sepa lo que necesitas sin necesidad de hablar, poder no decir nada y decirlo todo. Hasta el alma salía de su escondite para poder comunicarse, algo tan maravilloso y tan mágico  que nadie puede describirlo. Ese roce de tus labios con los míos, algo que es inexplicable, esa emoción de la cual la felicidad era la protagonista.

Hoy puedo saber que es el poder del sentirse amado. Dicen que dos piezas de puzles iguales no encajan y eso es lo bonito, buscar la diferencia en la otra persona, una diferencia que es mágica y que también puede provocar discusiones pero eso es necesario para que la pareja se mantenga viva, muchas veces las discusiones son solo un síntoma que produce el universo para que uno no nos olvidemos del otro.

No siempre se puede pensar en cosas malas, hay que buscar soluciones y poder disfrutar de lo que es estar vivo. Y estar vivo es solo tener amor en el alma. El alma algo que siempre entra en conflicto con tu vida diaria, el ser humano no está preparado para estar en armonía en este mundo que hemos creado, lleno de envidias y competencias, el demostrar que uno es mejor que otro, el poder decir “¿ves?, te lo dije”. Olvidemos las diferencias entre nosotros, busquemos la forma del puzle que estamos viviendo para poder encajar la pieza que somos. Nunca es nada tan bueno ni nada tan malo, las cosas son lo que son, solo unas situaciones que tardaran lo que tu mente decida que tarda en desaparecer.

El ying y el yang, lo bueno y lo malo de todas las descripciones que se puedan hacer de lo positivo y de lo negativo, debemos encontrar la forma de quedarnos en el centro, no ir a los extremos, porque ahí está el peligro de esta sociedad, los extremos son lo que nos diferencia a todos. Busca una solución o plantéate la vida como un reto en el que se pueden cambiar las normas específicas que diferencia la partida del juego de cada uno. Busca tus reglas no busques las reglas de los demás. Coge de los demás lo que más te guste y transfórmalo para ti, pero cambia siempre algo si no estás perdido, el poder del ego es tan fuerte que nos hundirá en la miseria y no entendemos las reglas del juego. Solo buscamos soluciones de paso, cosas que nos hagan olvidar el momento,  pero al no dejarlo terminado, no nos acordamos que los momentos vuelven a pasar, porque ellos esperan la solución definitiva para ponernos otro reto.
Un día cualquiera te darás cuenta de que detrás del cuerpo físico hay más, encontrarás las emociones, esas emociones que son tabú para la sociedad, porque la sociedad las describe como símbolo de debilidad, pero no es así es solo un juego, todo está dentro de tu mente y la solución está en tu corazón. A qué esperas a buscar algo para sentir que formas parte de este puzle de la vida, que tu creatividad puede hacer de tu experiencia de vida algo muy bonito.
 Es cuestión de amor el saber qué es lo que quiere tu alma, donde no encontraras la solución es en tu mente, porque ella está muy manipulada por las reglas y por los conocimientos que has ido recopilando a lo largo de tu vida, recuerda que todo el mundo tiene derecho de ser lo que desee ser y no podemos cambiar a nadie.

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lunes, 22 de febrero de 2016

El Albor de la Esperanza




En el albor de la esperanza reconocemos parte de nosotros mismos. La esperanza es algo que nos mueve, no impulsa, nos motiva a seguir avanzando.
Como humanos, tenemos “subidas y bajadas”. Y es en esas “bajadas” cuando más necesitamos no perder la esperanza, la fe en nosotros mismos. Nuestras metas deben estar claras e imperturbables, sólo debemos dejarlas a un lado si cambiamos de opinión y de objetivos; pero nunca, nunca, nunca por miedo.
El miedo a nosotros mismos, a mostrarnos tal y como somos es lo que más azota nuestra sociedad. Es increíble ver que una y otra vez caemos en lo mismo.
Si queremos realmente conseguir nuestros objetivos, nuestros sueños, debemos desembarazarnos de ese miedo, de ese terror que nos consume por dentro en cuanto nos descuidamos. Debemos enfrentarnos a nosotros mismos, demostrarnos que somos amados por nosotros mismos, que confiamos…
Una meta traza un camino, si perdemos la fe en nosotros mismos, y por tanto en poder tener la mínima posibilidad en conseguir nuestro objetivo, ¿A dónde nos dirigimos? ¿Por qué camino reptamos?
Lo que sí es seguro es que no es por el que por derecho divino y universal nos pertenece, lo que es seguro es que estamos rechazando, rechazándonos a nosotros mismos, negándonos hasta la saciedad, negándonos en la sociedad.
Andemos erguidos, amemos cada ínfima parte de nosotros mismos, recuperemos nuestros sueños, nuestras metas y vayamos a por ellos. Andemos nuestro camino y dirijámoslo hacia donde nuestro corazón desee.
No neguemos nunca nuestra esencia, porque sin ella, no somos nada.


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jueves, 18 de febrero de 2016

¿Cómo reconocer un "Error"?


Esta es una de las preguntas más comunes que vemos en consulta  y que más nos preocupan a lo largo de nuestra vida. Solamente el hecho de llamarlo ERROR, es un castigo hacía nuestro SER, intentamos ser lo más correctos posible, y tener una conducta adecuada hacía todo el mundo que nos rodea; pero esto es una conducta adaptada por nuestra sociedad  o creencias y no por nuestro ser. Esto es lo que solemos llamar el autocastigo, donde nos culpamos por todo lo que nos rodea, donde nos integramos en la sociedad, e intentamos llevar el peso de esa sociedad sobre nosotros.
¡Inocentes de nosotros!  Y lo peor es que definimos  nuestra actitud como humildad, y es, en este momento cuando humildad se convierte en sentimiento de culpa sin ser consciente del proceso de transformación de una palabra a otra.
Solo conozco una  forma de reconocer un ERROR, y es cuando  nos traicionamos, cuando hacemos todo lo contrario a nuestros sentimientos, cuando anteponemos las circunstancias o las personas ante  nosotros mismos. Pero yo no definiría esto como un error, yo lo definiría como cobardía, como vivir atrapado, como no ser dueños de nuestra propia vida, como caer en el autoengaño de la sociedad, tendría mil definiciones antes de llamarlo error.
No existen los ERRORES. Para que esto tenga sentido, debes empezar a considerar que tu vida es un viaje épico, un viaje sagrado, donde solo existen realidades que no hemos  llegado a comprender  por nuestra alma.
Una persona que actúa con humildad ante su ser, no comete errores, porque es imposible saber que algo es un error, antes de que suceda, y aun así, no sería un ERROR, se consideraría que teníamos unos objetivos o unas esperanzas en un hecho, (una ilusión ante una acción o actitud nuestra), que esperábamos otro resultado, pero esto es debido al producto de nuestra mente (ego), que monta sus historias y sus desenlaces antes de que sucedan, sin tener presentes todas las posibles realidades, centrándose solo en una realidad, (en la que esperamos),  y esto podemos llegar a definirlo como un pequeña falta de FE en el plan divino de nuestra alma, ya que en el fondo hemos actuado esperando un beneficio.
No podemos castigarnos por lo que solemos llamar ERRORES, más vale hacer lo que sentimos que arrepentirnos de lo que no hemos hecho por cuestiones que no sean de nuestro ser. De esta forma iremos alimentando a nuestra alma, y tendremos los resultados que vamos a  necesitar en  nuestro propio crecimiento personal,  y esos resultados serán perfectos, nunca pienses lo contrario. Y lo más importante  es que tus experiencias solo son válidas para tu ser, no para los demás. Dejemos crecer a los demás a su ritmo, no cortemos sus alas, ya que estaremos interviniendo en el libre albedrio de la persona, retrasando su crecimiento personal.
Busquemos nuestra humildad, donde podremos empezar a dar definiciones de nuestros sentimientos y de esta forma poder abrazar a nuestra alma.

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miércoles, 17 de febrero de 2016

Atrapasueños...


Según la leyenda los atrapasueños en su origen fueron creados para filtrar los malos sueños… Es decir, hacer que las pesadillas desaparezcan y que sólo se mantengan los sueños buenos.
Protegernos de las pesadillas, de los miedos al fin y al cabo, es su función. Permitir que sigamos soñando, creyendo y haciendo posibles nuestros anhelos… Permitir que sigamos creciendo. Porque, ¿hay algo más importante que seguir creciendo y creyendo en nosotros mismos?
Es el eje de nuestra vida, de nuestra existencia. Y aunque, en su origen, fue concebido para los niños, opino que nuestro niño interior nos agradecerá el seguir confiando en él. El seguir experimentando todo y creyendo que los sueños pueden hacerse realidad.
Agarrémonos con fuerza a nuestro niño interior. Abracémoslo y no perdamos esa inocencia maravillosa, esa falta de desconfianza en nosotros mismos, ese amor por todo lo que nos rodea y por todo lo que nos hace ser tal cual somos. Esa maleabilidad para adaptarnos a las situaciones y seguir avanzando…
Seamos como ese atrapasueños… Imperturbable,  dejando que lo bueno llegue a nosotros y transformando lo “menos bueno” a nuestro favor.
¿Y tú? ¿Confías en tu atrapasueños?

Kumbae Terapias Naturales

¿Amor, Felicidad o Abundancia?

Hace tiempo escuche una historia, que hoy voy a intentar contarla lo más pura posible para vosotros.
Había una mujer en casa con su hija  jugando, cuando llaman a la puerta.
m.- ¿Quién es?
La Felicidad, ¿me invitas a entrar?
m.- Ahora mismo no se encuentra mi marido en casa, lo siento.
No te preocupes, espero a que tu marido llegue.
m.- De acuerdo.
A los pocos minutos vuelve a sonar el timbre.
m.- ¿Quién es?
La Abundancia, ¿me invitas a entrar?
m.- Ahora mismo no se encuentra mi marido en casa, lo siento.
No te preocupes, espero a que tu marido llegue.
m.- De acuerdo.
A los pocos minutos vuelven a llamar al timbre.
m.- ¿Quién es?
El Amor, ¿me invitas a entrar?
m.- Ahora mismo no se encuentra mi marido en casa, lo siento.
No te preocupes, espero a que tu marido llegue.

Llega la noche y el marido llega a casa, la mujer le dice, querido han llamado tres personas, una se llama felicidad, otra abundancia y otra amor, me han pedido entrar en casa, y yo le he contestado que tú no te encontrabas. Los tres están fuera esperando contestación para poder entrar.
El marido sale fuera, y le dice que pueden entrar, que los invita a cenar y de esta forma aprovechan para tener una conversación. Pero la respuesta que recibe es que solo pueden invitar a pasar a uno de ellos.
El marido asombrado le pregunta a la mujer que cuál prefiere que entre.
La mujer contesta que la mejor opción sería la felicidad.
El hombre al contrario cree que lo mejor sería hacer pasar a la abundancia, de esta forma no le faltaría de nada.
Y en plena conversación, la pequeña hija que estaba escuchando le dice que ella quiere que entre el amor.
Como el hombre y la mujer no llegan a un acuerdo, deciden hacerle caso a la hija; de esta forma la hija estaría contenta y ellos se ahorrarían seguir argumentando sus decisiones.
El hombre sale de su casa y dice: “hemos decido que el Amor es el que debe sentarse con nosotros.”
Cuando el Amor se dispone a entrar a su casa, se dan cuenta que la Abundancia y la Felicidad van detrás.
El hombre se queda perplejo, y dice: ¿No me habías dicho que no podíais entrar los tres?
Y el Amor contesta:
Puedes tener Felicidad sin Amor y sin Abundancia.
Puedes tener Abundancia sin Felicidad y sin Amor.
Pero no puedes tener Amor sin Felicidad y sin Abundancia. Por este motivo vamos los tres.

Así que antes de tomar una decisión escucha tu corazón. Él no te fallara y te guiara por el camino correcto.

Feliz Año 2016. Actúa con el corazón.